MAY 15 Manuel Carrasco canta en Algeciras una oda al Carpe diem ante un público rendido (REVISTA)

Escrito por Esther_madrid, Madrid, lunes, 16 de mayo de 2022, 12:05 (701 dias hace...)

Tras dos aplazamientos a causa de la pandemia, Manuel Carrasco ha vuelto a los escenarios con una gira renovada a la que ha llamado, en una inequívoca declaración de intenciones, Hay que vivir el momento. Buena parte del público que ha abarrotado la plaza de toros de Las Palomas la noche de este sábado llevaba dos años conservando la entrada de aquel espectáculo que, si no hubiera sido por el Covid-19, tendría que haberse celebrado en julio de 2020.

La emoción tras esa larga espera se materializó desde que arrancó el concierto, cuando los admiradores de Carrasco rompieron a cantar uno de sus últimos temas, titulado precisamente Hay que vivir el momento. Atrás quedaron los meses de confinamiento, miseria, ataúdes que se acumulaban, restricciones y mascarillas, que prácticamente nadie llevaba ya en Las Palomas. Carrasco ha planteado un espectáculo que es un pasar página: la vida sigue para aquellos que han aguantado el tirón. Carpe diem y mañana Dios dirá.

Con quince minutos de retraso, una enorme aspa roja iluminó el escenario. La cruz del mapa había recalado en Algeciras, una de las 19 citas elegidas por el artista de Isla Cristina dentro de su actual gira, la cual finalizará el próximo 11 de junio en el Estadio de la Cartuja de Sevilla ante la friolera de 70.000 personas.

“Buenas noches, Algeciras. Aquí estamos, por fin. Vamos a disfrutar de esta noche como merecemos. Estoy muy contento por volver a esta plaza que tanto me ha hecho disfrutar. Y, como pinta la cosa, creo que la vamos a liar bien buena. Algeciras siempre ha sido uno de mis amores”, declaró Carrasco ante miles de seguidores entregados. El coso era una marea de pantallas grabando al artista. La lacra del móvil, las redes sociales y los espectáculos en directo.

Tambores de guerra, Aprieta, Mujer de las mil batallas, No dejes de soñar… La característica voz frágil y rota del onubense sonó impecablemente en esta nueva gira que cuenta con un imponente despliegue técnico, tanto de sonido como de imagen. Carrasco también estuvo intachablemente acompañado por seis músicos: teclado, saxofón, batería, guitarras y bajo. Ellos fueron clave a la hora de arropar el repertorio buen rollista de su maestro, una eficaz medicina para bandearse en tiempos difíciles.

Vestido de negro, americana gris y el colgante de un corazón brillando al cuello, Carrasco tiene la cualidad de resultar familiar, aunque no lo hayas visto en la vida. Un hombre de ojos fulgurantes y con estrella. No en vano, el público de Las Palomas era de lo más variopinto, con gente de todas las edades, incluidos niños. Especialmente cercano sonó en la parte de los acústicos, cuando salió al escenario armado sólo con su guitarra para cantar Entiendo, Soy afortunado, El aire de la calle o Dispara lentamente.

La americana voló en el siguiente bloque, con Te busco en las estrellas, No dejes de soñar -donde el cantante pidió que el público encendiera una luz-, Yo quiero vivir y otros éxitos. Y junto a la chaqueta gris, una nube de globos rosas sobrevolaron Las Palomas, ya húmedos por la noche de levante.

“Este hombre todo lo hace bien”, comentó una espectadora cuando Carrasco se sentó ante el piano. Sonaba Prisión esperanza, dedicada “a todos aquellos que nos ayudaron y a aquellos otros que se fueron”, en palabras del propio compositor. Tras ese tema, bajó el telón, una lona serigrafiada con la silueta de un niño que contempla las estrellas. Una especie de Peter Pan, de protector de todos aquellos no desean crecer. Y, de remate, la traca final, una camisa nueva y su última canción Fue. "Muchas gracias, Algeciras".

Ojalá la vida siempre fuera una canción de Manuel Carrasco.

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FUENTE Y ENLACE A LA NOTICIA: EUROPA SUR

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