
Aug 24 Manuel Carrasco vuelve a abrazar sus raíces en su segundo día de concierto en Isla Cristina (REVISTA)
Manuel Carrasco volvió a ofrecer un concierto mágico en su tierra. Isla Cristina vibró este sábado junto a su vecino más emblemático, que regalo una noche llena de sorpresas a los asistentes. El ambiente era de fiesta y emoción desde el primer momento, con un público entregado que esperaba con ilusión cada acorde y cada verso del artista.
Durante el concierto el cantante subió al escenario a sus amigos y a dos de sus hermanos, Quino y Onofre, para regalarle a su pueblo un tema muy especial. "Vamos a cantar una cosita aprovechando que estamos en la fiesta de la Punta de nuestra Virgen del Mar. Vamos a recordar una letrita que escribí hace mínimo 26 años", arrancaba el cantante presentando unas sevillanas que compuso para la Virgen. La sorpresa fue mayúscula para los presentes, que no solo disfrutaron de la interpretación, sino también de la complicidad y el cariño familiar que se respiraba sobre el escenario.
Al compás de su guitarra y las palmas el grupo comenzó a entonar la canción mientras detrás de ellos se proyectaba un vídeo de esos mismos cuando le cantaron estas mismas a la Virgen del Mar hacía más de dos décadas. "Creo que me he equivocado de estilo, yo me voy a hacer un grupo de sevillanas", bromeaba el cantante. La mezcla de emoción y humor terminó de conquistar al público, que acompañó con palmas cada estrofa, creando un momento irrepetible cargado de sentimiento y tradición.
Las sevillanas calaron en el público, sobre todo en los punteros, que sintieron en sus letras el cariño que Carrasco le tiene a su pueblo, sus tradiciones y sus vecinos. "¡Viva la Virgen el Mar!", gritó el cantante para sentenciar esta muestra de que sus raíces isleñas le siguen latiendo con fuerza.
Isla Cristina le devuelve su cariño a Manuel Carrasco
Al igual que Manuel Carrasco demostró el amor por Isla Cristina y su gente, el pueblo quiso sorprender al cantante devolviéndole parte de ese cariño en forma de canción. Durante el concierto el público unió sus voces para cantar La Higuerita marinera, el himno del pueblo, sorprendiendo al artista que pidió silencio a sus músicos para escuchar embelesado cómo sus vecinos le regalaban este pequeño homenaje a su pueblo de agua, viento y sal.
El momento fue mágico. Miles de voces sonaron al unísono, reforzando el vínculo entre Carrasco y la tierra que lo vio nacer. Cuando finalizó el pasodoble, el artista aplaudió con la sonrisa de quien se siente en casa, una que nunca ha abandonado del todo. La noche selló un reencuentro sincero entre un artista universal y su pueblo.
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