Ya lo anunciaba minutos antes de subirse al escenario. Manuel Carrasco sería ante los suyos “más Lolito que nunca” y no hubo más que ver a las 12.000 personas que abarrotaban el recinto ferial del Carmen de Isla Cristina para comprobar cómo su pueblo le adora y le trata como el mejor de sus hijos; un cariño al que correspondió el isleño con un concierto emocionante y cercano.

Pasadas las diez de la noche, el primer regalo: un sentido poema a su tierra servía de preámbulo al primero de los temas, ‘Tambores de guerra’, arranque habitual de sus conciertos. Le siguieron otros, tanto de su último disco, ‘Bailar el viento’, como de sus trabajos anteriores: ‘Aprieta’, ‘Y ahora’, ‘Sabrás’, ‘Pequeña sonrisa sonora’ –que dedicó a su hija, acompañado de Pastora Soler–, 'Yo quiero vivir' o ‘Mujer de mil batallas’, dirigida a Paula, una joven onubense que celebraba sus 17 años y el haber superado una leucemia.

Cerraba esta primera tanda a solas con su guitarra con ‘Yo te vi pasar' o 'Tengo un amor', el acostumbrado guiño carnavalero que en su propia casa sonaba aún más auténtico si cabe.Con el público entregado, siguió el onubense desgranando éxitos como ‘No dejes de soñar’ o ‘Sígueme’, antes de sentarse al piano para poner la nota más intimista de la noche.

En la recta final del concierto otro de sus éxitos más recientes, ‘Ya no’, el sencillo que sirvió de presentación de ‘Bailar el viento’; y alcanzó el culmen con una copla dedicada a esa Isla marinera de la que presume allá donde va, a sus recuerdos junto a su familia, todo ello sin más acompañamiento que una guitarra, unas palmas y el cajón flamenco.

En resumen, una noche mágica para el artista y para quienes acudieron a verle, tanto dentro como fuera del recinto, donde en los compases finales del recital aún se contaban por miles las personas que seguían lla actuación pese a no haber podido conseguir una entrada. El mismo Manuel Carrasco explicaba antes del concierto que el de esta noche había sido, sin contar con los de las capitales de provincia, el más multitudinario de los que había ofrecido hasta ahora, una respuesta que le había emocionado

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