POR si quedaba alguna duda al respecto, Manuel Carrasco, Isla Cristina, Huelva, 1981, rubricó el pasado viernes el buenísimo momento por el que pasa la canción melódica española, ya con aires italianos o italianizantes, ya aflamencados, como recientemente hemos tenido la oportunidad de comprobar por medio de actuaciones como las brindadas por Sergio Dalma o Pablo Alborán. Un género por el que el tiempo parece empeñarse una y mil veces en no pasar, haciéndolo, en caso de que así no fuera, como cuando lo hace para los buenos caldos: para mejor.

Bajo un ambiente presidido por la expectación, la velada arrancó con la fugaz comparecencia del madrileño Fito Mansilla, quien, con menos voz propia -de momento- que el cabeza de cartel pero con idéntico magnetismo, conectó de inmediato con los presentes. Con un público que, cautivado por su desparpajo, incluso le hizo coros en su cuarta y última canción. Y a continuación, sobre un escenario presidido por las letras 'HABLA' espectacularmente dispuestas sobre el mismo, entre vistosísimos juegos de luces, lo que todas estaban esperando: la actuación de Manuel Carrasco.

El paseo o marcha triunfal, he aquí lo que vino a ser el concierto, protagonizado por el único superviviente de Operación Triunfo II, arrancó con el tema de estreno Prefiero seguir presente, composición bañada por un pop aflamencado de inequívoca denominación de origen onubense al que siguieron dos medios tiempos igualmente de estreno, Puedes ser libre y Tienes que echar a volar. Con el público, alborozado, protagonizando auténticas lluvias de piropos y moviéndose y removiéndose en sus localidades al ritmo de los mismos; perfectamente secundado el de Huelva por unos músicos talluditos en unos casos y verdaderamente curtidos en todos, acto seguido sonaron dos temas viejos, uno de ellos, Sabrás, cantado a pleno pulmón por la sala, dando pronto paso a otro extraído de Habla, inspirado por la necesaria y recíproca complicidad entre artistas, canciones y público: Si tú supieras. Frente a un respetable que, de la mitad de la sala para adelante, para estas alturas de la noche, ya se había puesto en pie espíritu y móviles en alto en unas cuantas ocasiones, tras ofrecer de beber -incluso- a una chica de las primeras filas, la temperatura continuó al alza con las interpretaciones de dos clásicos, Entiendo e Y ahora, llegando a continuación de manos de tres temas ofrecidos en acústico el lado más intimista de la velada: uno de ellos, Rincones oscuros, compuesto por Manu para Pasión Vega. Bueno, y comenzando a llegar -asimismo- el concierto, realmente completo y equilibrado, a su recta final, interpretaciones mediante de imprescindibles temas nuevos o de clásicos como Que nadie o Ámame otra vez.

Pese a no ser -en lo referido a mover masas- Bisbal ni Bustamante; ni el Real Madrid ni el FC Barcelona de OT, Manuel Carrasco demostró tener su tirón y mantenerlo. Haberlo sabido aguantar a base de arte, entrega y pundonor. Contar con su pequeña pero apasionada legión de seguidoras, de origen andaluz las mismas en buena parte de los casos -queremos suponer-, a la vista de lo que tanto su gracia y donaire como los timbres de sus voces dejaron entrever al piropearlo. Al entregarse en alma y espíritu a un artista que sí demostró el porqué de que siga estando ahí.

Concierto de Manuel Carrasco
Fecha: viernes, 20 de abril. Lugar: Teatro Gayarre, Iruñea. Intérpretes: Manuel Carrasco, a la voz y a la guitarra española; acompañado por Jordi Cristau, a la dirección musical y a los teclados; Bernd Voss y José Luis Arazola, a las guitarras acústicas y eléctricas; José Manuel Posada, al bajo; y David Bao, a la batería. Como telonero compareció Fito Mansilla. Incidencias: presentación de Habla, quinto CD del artista. Cerca de 2/3 de entrada, público entregado, de distintas edades y mayoritariamente femenino.

FUENTE Y ENLACE A LA NOTICIA: NOTICIAS DE NAVARRA.COM

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¡¡¡Los sueños tienen que estar muy despiertos en la vida de todo el mundo!!!(Manuel Carrasco)

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